Sientes como si te hubieran colocado un pesado casco de silencio.
Miras a tu alrededor, y observas las bocas de las personas moverse, dibujando lo que sabes son palabras, sonidos, risas, llantos… pero nada llega a ti. Como un actor de cine mudo que observa una película de sonido sin subtítulos.
Eso no es todo. Este devastador golpe se sumó a mi enfermedad degenerativa preexistente: otoesclerosis bilateral. Como una cruel broma del destino, que finalmente selló mis oídos al mundo sonoro, dejándome sumergida en una insondable quietud. Me convertí en una isla de silencio en un mar de ruido, completamente sorda.
Sola y sorda.
Cada mujer con la que me conecto, sea sorda o no, tiene su propio sonido, como tú, tu melodía especial. No la melodía de otra, no, no, la tuya. Soy capaz de escuchar tu sonido, aunque no tenga audición.
Pues yo soy especialista en componer esas primeras notas sonoras en las personas, no literalmente por supuesto. Ojalá supiera componer. Si fuera así sería Beethoven.
Me refiero a ayudarte a crear tu propio espectáculo de vida, tu propio poblado en el que arda el fuego bajo un gran tipi. Te acompañarán otras personas cantando junto a ti alrededor de la llama. Tu propia comunidad.
El circo de tu vida, donde la gran función eres tú.
Escribo tu historia de forma creativa, te ayudo a componer tu marca personal a través de la creatividad en toda su grandeza, tenemos tantas posibilidades que soy incapaz de describirlas. Tu propia novela de aventuras.
Pongo a tu disposición todo mi imaginario, mi visión, mi capacidad de escuchar a pesar de ser una mujer sorda, te lo ofrezco todo en bandeja de plata, para crear el espectáculo de vida que mereces. Una historia que debe ser celebrada por tu propia comunidad, te enseño como hacerlo posible, cómo llegar a rodearte de personas enamoradas de ti, ¡Crea un movimiento infinito a tu alrededor!